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Planned Parenthood fue el único proveedor que tomó mi endometriosis con seriedad. Si no fuese por Planned Parenthood, no hubiese podido tener un hijo.

De adolescente solía experimentar un dolor menstrual insoportable. Leí sobre endometriosis en un artículo de revista y me di cuenta que cumplía con cada uno de los síntomas en la lista. La endometriosis es una condición de salud muy común la cual afecta una de cada 10 mujeres en edad reproductiva -más de cinco millones de mujeres estadounidenses.

Mi proveedor de salud me dijo que era demasiado joven para tener endometriosis y que lo que me pasaba era normal. Pero yo sabía que algo no estaba nada bien.

A los 18 años decidí acudir al centro de salud de Planned Parenthood, y mi proveedor confirmó que sí sufría de endometriosis. Fue la primera vez que alguien me tomó en serio. El médico estaba preocupado por mi bienestar y cómo estaba lo cual me hizo sentir realmente bien. Hizo la diferencia.

Las lesiones fueron removidas y Planned Parenthood me dio Depo-Provera para manejar mi condición. Un anticonceptivo sin copago es una herramienta esencial para ayudar a mujeres como yo con endometriosis, quienes si no vivirían con dolores crónicos.

Y la endometriosis puede afectar la fertilidad; y quedaba poco claro si podría tener hijos.

Hoy tengo 37 años y soy una mamá de una pequeña y adorable niña. La maternidad ha sido la cosa más maravillosa y única de mi vida. Mi hija es realmente un regalo, y tengo que agradecerle a Planned Parenthood por ella.